Todo sigue igual

Saludos gentecilla de Internet.

Hoy acaba la primera semana del blog y he de decir que no puedo estar más contenta de haberme lanzado por fin a vivir esta aventura. Os quería dar las gracias a los que se han unido a lo largo de esta semana, y a los que vengan de aquí en adelante, ¡bienvenidos todos!

Esta semana, además, ha sido una semana intensa para mí. Hace ya más de cuatro meses que dejé Granada, la ciudad donde he estudiado los últimos años, y volví a mi pueblo a seguir trabajando en mi PFC desde aquí. El cambio al principio me supuso todo un drama, pasar de vivir en una ciudad de más de 200000 habitantes a un pueblecito de apenas 5000, dejar atrás amigos, ocio, libertad… Lo que decía, un dramón.

El miércoles hice una visita exprés a la ciudad, de la que volví el jueves. Todo seguía igual que yo lo recordaba: las calles, la gente andando lento en la calle sin dejarte adelantar, las tapas, el calor insoportable ardiente de día y el frío insoportable también polar de noche; eso es Granada.

De este viaje me quedo sin duda con el reencuentro con mis amigos de la uni. Puede que suene feo como lo voy a decir, pero es que no pensaba que los quisiera tanto. —Me explico.— Nunca he sido una persona que creyera mucho en la amistad. Me he ido llevando tantos palos de las personas que he considerado amigas que aprendí a no necesitarla (no soy un monstruo, lo juro). Pero ver que, después de todo este tiempo sin apenas contacto, me sentí en familia con ellos… No sé cómo expresarlo con palabras, pero creo que me entiendes.

Así que ahora a seguir con la versión sencilla de mi vida*, mi vida de pueblo en la que de vez en cuando me desahogo en este rinconcito de Internet mientras termino mi interminable PFC.

*que no implica peor, ni mejor, simplemente sencilla

#ModoNostalgiaOn

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