Un mes más sabia

SALUDOS GENTECILLA DE INTERNET.

Aquí me tienes de nuevo, lo prometido es deuda. Parece que no, pero se pierde la práctica después de tanto tiempo sin sentarme a vaciar mi mente por aquí. Así que si estoy un poco espesa no me lo tengas muy en cuenta 😉

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No he entregado mi proyecto…

No ha sido por que no me haya dado tiempo, ni por ningún problema, ni por ninguna razón en concreto. Este mes se han sucedido una serie de circunstancias que me han hecho ver que no era el momento, y que no pasaba nada porque no lo fuera. Si no ha podido ser ahora, será en la próxima convocatoria.

Me preguntáis muchos por el proyecto, qué es, de qué trata, por qué estoy tan pesada hablando de él (esto último lo he añadido yo). Y lleváis razón, porque siempre hago referencia al «misterioso» proyecto, pero nunca os lo he presentado.

El proyecto se trata de mi PFC (proyecto final de carrera). En arquitectura supone el primer proyecto al que nos enfrentamos solos, poniendo en práctica todos los conocimientos que hemos adquirido durante estos años. En mi caso, el tema en el que elegido trabajar es la rehabilitación de una antigua estación de tren, para convertirla en biblioteca regional.

El tema es precioso y me está gustando mucho desarrollarlo, pero qué quieres que te diga, se me está haciendo eterno. Trabajar en el PFC me hace sentir como estar en ninguna parte, porque ya no estoy estudiando una carrera como tal, pero tampoco he terminado, ni puedo lanzarme al mundo real, como lo llamo yo.

Por eso, ha sido dura la decisión de alargar esta agonía tres meses más (la próxima oportunidad que tengo para entregarlo es en junio).

Siempre he defendido que una persona no es igual siempre, la gente cambia, y puedo asegurar que no soy la misma que hace un mes. Este mes he aprendido una serie de lecciones muy valiosas, de eso estoy más que segura.

• He aprendido a escuchar a mi cuerpo. El cuerpo nos manda señales constantemente, no lo debemos ignorar.

• He aprendido a meditar, dejar los pensamientos aparte unos minutos al día para poder enfrentarme después a ellos con claridad.

• He aprendido a no compararme. Mi vida es la mía, no soy más ni menos que los demás, y tengo que vivir a mi propio ritmo.

• He aprendido que le importo a muchas personas, más de las que yo imaginaba.

• He aprendido que el blog me ayuda a ser constante, y he necesitado dejarlo un tiempo para darme cuenta de ello.

Por último, gracias infinitas a todos los que me comentasteis en la última entrada. A pesar de que no he pasado por el blog este tiempo, los comentarios sí que me iban llegando al móvil y me dieron muchísima fuerza. Os iré respondiendo poco a poco, sois un amor.

Gracias por esperarme.

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