Placeres culpables

SALUDOS GENTECILLA DE INTERNET.

Normalmente hablamos abiertamente de nuestros gustos. Compartimos en las redes sociales vídeos que nos gustan, hablamos con nuestros amigos sobre películas y series, y ponemos a todo volumen nuestra canción favorita para que la oigan nuestros vecinos.

Pero también están esas otras cosas que nos encantan y que nunca lo reconoceríamos en público, ya sea por vergüenza o porque no esté «bien visto» que te guste eso.

Como una humana más que soy, soy culpable de disfrutar en las sombras de ciertos placeres a los que, por un día, voy a sacar a la luz:

#1. Juegos de Facebook

Candy Crush, Happy Aquarium, Farmville, SimSocial, Megapolis, Stardoll, Cynga Poker, Icy Tower…

Llegué a tener un verdadero problema con estos juegos porque me quitaban muchísimo tiempo. Eso sí, los disfrutaba como nadie. Hablo en pasado porque estoy en proceso de dejarlos, ahora sólo los abro de vez en cuando, con las publicaciones puestas en privado para que no se entere nadie, shhhhh…

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#2. Programas de casas

Divinity. Sábado por la mañana. Un sofá.

Así es mi visión del paraíso. Tú dame programas con obras, remodelaciones, mudanzas… Échame lo que sea que a mí me encanta. Es increíble la cantidad de programas distintos que hay con esta temática (Tu casa a juicio, Tu casa lo vale, La casa de mis sueños, El Reformacasas…), y yo me los trago siempre que puedo.

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#3. Lizzie Superstar

Mi película de la adolescencia, de la que no me podré despegar jamás. Después de ser fiel seguidora de la serie Lizzie McGuire, esta película supuso para mí la perfección. En mi cabeza siempre había soñado con convertirme en cantante (no canto bien) y Lizzie lo conseguía de casualidad, mientras estaba de excursión en Roma (otro deseo que no ha llegado nunca) y se ligaba a un italiano de toma pan y moja. Todo eso en una Vespa roja. #MetasdemiAdolescencia

A día de hoy la sigo viendo, la sigo disfrutando, y sigo soñando con ese paseo en Vespa por Roma.

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#4. Camilo Sesto

Éste es, con diferencia, el que más me cuesta reconocer.

Camilo Sesto es el cantante favorito de mi madre, y se puede decir que desde pequeña he «mamado» de su música (oh dios mío, que mal suena eso). Siempre he renegado de sus canciones, le decía a mi madre que las quitara, que lo odiaba, que qué cutre que le gustara eso… Y ahora me doy cuenta de que «mola mazo» (vale, ese no, el de antes).

Espero que mi madre nunca lea esto. Por si te pica la curiosidad, mi canción favorita es Melina.

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Bueno, ahora sí, vuelve la Ana de antes. Hagamos como que esto nunca ha pasado.

Placeres culpables.

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