SALUDOS GENTECILLA DE INTERNET.
Siempre he tenido claro que si algún día se me presenta Matías Prats y me pregunta eso de: “Y tú, ¿eres ahorrador?“, mi respuesta sería inmediata: “Sí, de más.”
Desde siempre me han enseñado a no derrochar, a pensar de cara al futuro y a guardar, por lo que pudiera pasar. He recibido los caprichos justos, casi nunca he pedido más, porque ha sido la forma en la que me han educado.
Además tengo demasiado orgullo y no me gusta recibir cosas cuando no he hecho nada para merecerlas. (Mis padres están locos de contentos conmigo en ese aspecto, en otros a lo mejor no tanto :P)
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Hasta que hubo un punto de inflexión en mi vida, donde me radicalicé totalmente. Se podría decir que “La crisis me volvió rácana.“
El inicio de mis estudios universitarios coincidió con los años en que la crisis se notó más en las familias españolas. Así que ahí estaba yo, chupando del bote de una familia trabajadora que tenía que hacer malabares para poder pagarme la carrera, con lo cual mis remordimientos iban en aumento cada vez que tenía que comprarme algo que necesitaba.
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Al final todo esto es el día a día de mucha gente que pasa apuros en este país, pero es que mi grado de obsesión me lleva a no disfrutar ni siquiera de lo que tengo, por miedo a que se gaste.
He sido consciente de mi problema cuando he ido a encender una vela aromática y he pensado para mis adentros: “Mejor no, que se gasta.“ ¿Entonces para qué quiero una vela aromática si no la enciendo?
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De repente han empezado a aparecer situaciones cotidianas en mi cabeza en relación a este tema: cuando no uso ese pintauñas que me gusta porque se gasta, cuando evito ponerme unas zapatillas por si se deforman con el uso, cuando no me como una galleta para poder tener después… ¿De verdad, Ana?
Me estoy dando cuenta de que me privo de cosas que ya tengo, por miedo a que desaparezcan. No soy capaz de ver que al final son cosas materiales, son sólo objetos, y ya que los he comprado, su fin debería ser usarlos. No tiene sentido que los vea como si de una obra de arte expuesta se trataran, para eso los hubiera dejado en la tienda…
A mí me pasa algo parecido a ti, lo que pasa es que yo lo gasto en mi mujer y mis hijos. Como bien dices, ya que lo compras es para gastarlo, porque el día menos pensado no lo puedes usar y hay que tirarlo por el motivo que sea. Y se convierte en el dinero más inútilmente gastado de nuestra vida… 😛 Disfruta lo que tienes y no esperes la ocasión ideal para ello, porque quizá nunca llegue. Besitos
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Me toca intentar cambiar de mentalidad, poco a poco. Lo bueno es buscar un punto medio, espero poder conseguirlo. ¡Un beso!
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Yo no soy muy ahorradora, pero sí algo previsora. Claro que no gasto a mansalva, pero tampoco dejo de disfrutar la vida con “por si acasos” en el banco. Dado que para mí disfrutar la vida “cuesta” muy poco, al final he encontrado un equilibrio perfecto.
Un besito, y no te radicalices demasiado!!
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Si yo no quiero radicalizar, odio ser así… Espero poder cambiarlo con el tiempo. ¡Un beso!
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Tú eres un encanto….y tienes razón, el tiempo suaviza…..
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Yo también recibí esa educación. Mis padres siempre me decían que tenía que conformarme con lo que tenía, puesto que había niños que no tenían tanta suerte como yo. Siempre pensé que los muy agarrados me decían eso para no comprarme nada – jajaja- pero ahora pienso que tenían razón. Hasta que no te haces mayor y trabajas, aunque sea por prácticas de empresa, no te das cuenta del valor real del dinero, de lo que cuesta ganarlo y de lo que duele desprenderse de él por cosas que realmente no necesitamos.
Un abrazo.
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Ay, a mi me duele y eso que aún no lo gano. Me duele más de pensar que lo que tengo no es gracias a mi trabajo. ¡Un abrazo!
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Yo soy más bien previsora pero ahorradora ahorradora… Me privo de cosas y luego en otras no miro pero yo creo que se podría decir que no derrocho. Siempre he trabajador también, lo hago desde los 16 años, mi hermano también y sé que lo que quiero mi trabajo me cuesta y elijo en que me lo puedo gastar y qué creo, merece la pena para mí. No creo que sea malo lo que haces aunque si que creo que una vez que lo has comprado (mirando, estoy segura si “debo o no debo”) una vez que lo tienes no es gastar por gastar pero sí te diría que disfrutes de lo que tienes.
Un abrazo y feliz lunes!
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Ya, pero me paso de previsora… Espero que cuando gane mi propio dinero se me pasen estos remordimientos continuos. ¡Un abrazo!
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Seguro, y si no tampoco pasa nada eh? Cada uno es como es
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A mí me enseñaron que las cosas están para disfrutarlas y que se rompan por el uso, para que te compras esa vela que te encanta si no la vas a encender ni disfrutar nunca? Enciéndela y disfrútala.
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Sí, si a mi me enseñaron lo mismo. Soy yo la que me he vuelto así porque me da apuro vivir de mis padres. ¡Un abrazo!
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El dinero está para gastar, no malgastar.Dicho esto, si decidimos comprar algo,vamos a disfrutarlo,sin remordimiento. Besotes
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Ojalá pudiera ser así, supongo que esto es una situación transitoria, mientras que no gane dinero propio y dependa de mis padres me seguiré sentiendo así. ¡Un beso!
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Tu lo que eres es tacaña 😉
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Mucho. Y lo admito. Y no me gusta. Jajaja
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😀
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Muy buen post Ana yo quizás soy todo lo contrario una hormiguita trabajadora pero que trato de disfrutar a modo de ocio con mi familia lo que tengo, muchas veces he lamentado el por buena no tener nada, pero si que es cierto que el punto intermedio es el mejor, conclusión disfruta de lo que tienes no sabes cuando no podrás hacerlo y yo… poner un limite para no vivir al día siempre. Besines feliz lunes.
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Gracias por el consejo, tengo que aprender a disfrutar más. ¡Un abrazo!
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La clave está en encontrar el equilibrio entre ahorrar y gastar. Yo personalmente ahorro pero tampoco me privo simpre. Al final del día es una balanza. Un besito ♥
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Espero poder encontrarlo algún día. ¡Un beso!
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¡Hola Ana! Te nomino a los Liebster Awards 🙂 Sigue el link para averiguar de qué va la cosa http://glocaldreamer.com/2016/02/02/liebster-awards/
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Ya me he pasado, muchas muchas gracias 😀
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A mi también me educaron en el sentido de que las cosas hay que ganárselas y no que te las regalen. También me pasaba que cuando tenía algo lo guardaba para que no se gastara, hasta que más de una vez me ha tocado tirarlo porque se ha puesto malo. Desde ahí decidí que las cosas están para usarlas y que si se gastan te compras otra. Pero he de admitir que a cuatro duros que reúno, les doy salida rápida.
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Estoy en proceso de cambio de mentalidad, me he dado cuenta que no sirve para nada guardar por guardar. ¡Un beso!
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Yo no soy ahorradora, sino lo siguiente. Los demás se meten conmigo, pero yo sé que es por envidia 😉
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Jajaja, seguro que es eso. ¡Un beso!
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Bueno , ami me ha pasado algo parecido también tengo esa clase de remordimiento y la cosa no mejoró cuando fui a la universidad y vi a mis padres pagando algo realmente caro y menos aun cuando deje la universidad para hacer algo que me gusta y me hecharon el dinero que se habían gastado por la cara,( lógico también ) ahora oposito para el trabajo que quiero, esperando conseguirlo , teniendo mucho remordimiento y moviéndome poquito
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A ver si lo consigues, mucho ánimo y mucha suerte. Y ojalá con ese trabajo empiecen a desaparecer los remordimientos. ¡Un abrazo!
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Enhorabuena, has descubierto un juicio maestro que está operando en tu vida. Normalmente lo hacen desde el inconsciente, y tú lo has hecho consciente, lo cual es un gran paso. Ahora la pregunta es… ¿qué quieres hacer con él?
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Me encantaría deshacerme de él, no mirar tanto por el dinero y por las cosas, sólo disfrutar de lo que tengo sin remordimientos. ¡Un abrazo!
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En coaching decimos que la acción mata el juicio. O sea, ponte a hacer cosas que maten ese juicio. O cosas que permitan entrar al juicio contrario. Entonces, ese se hará más pequeñito…
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