Vida alternativa

SALUDOS GENTECILLA DE INTERNET.

Esta semana la voy a bautizar oficialmente como la semana de los desvelos. Últimamente me está costando la vida conciliar el sueño por las noches, lo que deriva en que por la mañana soy incapaz de abrir los ojos, y eso es lo peor que le puede pasar a una morning person como yo.

Hay dos razones por las que tardo tanto en dormirme. Una de ellas es que, como me paso el día pegada al proyecto, por las noches aprovecho para recuperar las horas de ocio perdidas: que si un capitulo por aquí, que si una partida por allá… Y no veo la hora de cortar con mi disfrute.

La otra es que luego, cuando digo de cerrar los ojos, mi mente dice que tururú, que ella está de fiesta y no le apetece encerrarse ya.

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Existen varios trucos para conseguir que la mente se vaya calmando, como leer un rato, tomar una bebida caliente, meditar, contar ovejitas… Pero mi truco es mucho más personal: repaso mi vida alternativa.

Sí, has leído bien. Tengo una vida alternativa que me inventé más o menos por la época en la que vivía mi yo del pasado a la que escribí aquella carta, en mi época de soñadora.

Tenía mucha curiosidad por conocer lo que me deparaba el futuro, así que disfrutaba imaginándome lo que me podría traer el paso de los años. Cada noche construía en mi cabeza un nuevo capítulo de esa vida idealizada y, una vez la terminé, me gustaba repasarla, igual que si estuviera viendo una película.

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Esa tradición la he mantenido en el tiempo hasta ahora, acompañándome en mis noches de insomnio. Ahora es incluso más divertido, porque puedo comprobar lo distinta que es la vida que me imaginaba con respecto a la que tengo de verdad. Qué ilusa era… Aún así, le tengo cariño a esa historia que me ha acompañado tantos años, aunque sólo fuera en mi cabeza.

Obviamente los detalles de esa vida me los guardo para mí, no quiero perder la poca dignidad que me queda, jajaja.

Soñar es gratis.

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